serie NOVA TERRA nº 49

3 1.1 Introducción U n procedimiento habitual para in- vestigar la paleogeograϐía previa a la formación de cualquier orógeno, con- siste en estudiar las características de las series sedimentarias involucradas en el mismo ( Pettijohn et al., 1972; Crook, 1974; Dickinson y Suczek, 1979; Bhatia, 1983; Ro- ser y Korsch, 1986, 1988; Floyd et al., 1987; Wronkiewicz y Condie, 1987; Johnsson, 1993 ). De manera particular, las series sili- ciclásticas representan un valioso registro del contexto dinámico existente durante su depósito y también de las fuentes iso- tópicas implicadas en su formación (áreas fuentes) ( Dickinson et al., 1983; Dickinson, 1985 y 1988; Heller et al., 1985; Bhatia y Crook, 1986; McLennan et al., 1990, 1993 y 1995; Floyd et al., 1991; Maas y McCulloch, 1991; Cullers et al., 1997 ). Las rocas silici- clásticas tienen una composición química característica, controlada en general por cuatro factores esenciales: (i) el contexto tectónico en el que se produjo la forma- ción de las cuencas; (ii) la naturaleza de las áreas fuentes; (iii) las características climáticas, que condicionan tanto el volu- men erosivo como el tipo e intensidad del transporte sedimentario; y (iv) la natura- leza del sistema sedimentario en general y de los sedimentos de manera particular. Estos factores y sus interacciones condi- cionan la implicación de las áreas fuentes, los procesos de meteorización (tanto quí- mica, como ϐísica), la granoclasiϐicación y el grado de reciclado que sufren los sedi- mentos clásticos durante su transporte desde las áreas fuentes hasta las cuencas sedimentarias, el tamaño de grano y ϐinal- mente los posibles procesos de alteración diagenética y/o hidrotermal, capaces de modiϐicar en diferente grado la composi- ción química ϐinal ( Nesbitt y Young, 1982 y 1996; Condie et al., 1992; Johnsson, 1993; McLennan et al., 1993; Cullers, 1994 y 1995; Cox et al., 1995; Fedo et al., 1995; Nesbitt et al., 1996; Price et al., 2003 ).

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