serie NOVA TERRA nº 49

86 como sucede en el caso de los HFSE, especial- mente en relación con las abundancias de Zr, Hf, Sc, La y Nd; así como en el caso del P 2 O 5 , con un valor medio muy similar al del PAAS. La tendencia hacia un patrón más propio de una sedimentación en el marco de un po- sible margen pasivo se continúa de manera más patente en los micaesquistos Cámbricos analizados en la secuencia superior. En este caso no se han tenido en cuenta las dos mues- tras que presentan indicios de una posible alteración química, por lo que el número de muestras es limitado. En el caso de las tres muestras restantes, el patrón que observa- mos es prácticamente similar, lo que sugiere un comportamiento análogo de las mismas en los procesos sedimentarios. Estas rocas no evidencian la variabilidad hallada en los patrones de la secuencia inferior, como ya se ha comentado con anterioridad, posible- mente debido a un mayor grado de madurez y reciclaje sedimentario. Los LILE muestran una clara cercanía a la unidad, sin una dismi- nución en sus abundancias con respecto al PAAS, característica de contextos activos. En general, el patrón de estas tres muestras es casi plano, y presenta anomalías negativas, en diferentes grados para el Sr, U y TiO 2 , muy co- munes en sedimentos depositados en un con- texto de margen pasivo, debidos al aumento de la movilidad e intercambio de los mismos en procesos de reciclaje sedimentario. Es lla- mativo el hecho de que los micaesquistos de la secuencia superior muestren, al contrario de lo esperable, abundancias de Zr y Hf me- nores que los metasedimentos de la secuen- cia inferior. Estos elementos habitualmente se encuentran presentes en minerales pesados, más resistentes a un cierto grado de reciclaje sedimentario, coherente con una sedimenta- ción en el marco de un margen pasivo. Esta característica posiblemente tiene su explica- ción en una procedencia de áreas fuentes más máϐicas. Otro aspecto a tener en cuenta, y que se repite en ambos grupos de muestras, es la ausencia de la anomalía negativa de P 2 O 5 . De acuerdo con los diagramas propuestos por Winchester y Max (1989) , la presencia de esta fuerte anomalía es común para rocas deposi- tadas en contextos de margen activo y pasivo. El contenido en fósforo está estrechamente relacionado con la proporción de determina- das fases minerales como apatito, monacita y/o xenotima. La presencia habitual de estos minerales, incluso como inclusiones, ejerce una fuerte inϐluencia en la abundancia de este elemento, limitando posiblemente el uso del mismo como un factor discriminante del con- texto tectónico de sedimentación. Los análisis isotópicos según la sistemática Sm-Nd no han proporcionado una discrimina- ción evidente en las fuentes isotópicas de am- bas secuencias. Los valores de [ Nd inicial de las litologías de la secuencia inferior, calcula- dos para una edad de ca. 560Ma, varían entre -8.1 y -13.1. En la secuencia superior, los va- lores de [ Nd inicial calculados para una edad de ca. 500 Ma, varían entre -8.5 y -10.1. De igual manera, los valores registrados de eda- des modelo de Nd (T DM ) para ambas secuen- cias no indican una diferenciación clara entre ambos grupos de rocas, deϐiniendo más bien una única población de edades. Estas T DM , cal- culadas según el método de DePaolo (1981) , se distribuyen a través del Paleoproterozoico en el rango 1743 - 2223 Ma. Este dato sugiere que la deposición de ambas secuencias tuvo lugar en una misma cuenca sedimentaria y que sus fuentes isotópicas no experimentaron cambios signiϐicativos durante la transición entre el Neoproterozoico y el Cámbrico. Los resultados geoquímicos obtenidos para las rocas metasedimentarias de ambas secuencias litológicas, indican un cambio en el contexto tectónico de su sedimentación. A pe- sar de que la secuencia inferior muestra una cierta aϐinidad por un contexto relacionado

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